jueves, agosto 31, 2006

Los Textos sellados II. Los niveles de significado.


Artephius, un enigmático Alquimista que a lo largo de su vida se ocultó detrás de varios sinónimos, dice: "¿Por qué se olvida que nuestro arte es un arte cabalístico, que sólo se ha transmitido por vía oral y que está repleto de misterios? ¡Pobre estúpido! ¿Eres tan ingenuo para creer que enseñaríamos clara y abiertamente el mayor y más importante misterio? Te aseguro que aquél que intenta entender en el sentido literal normal lo que la filosofía hermética ha escrito se topará con los meandros de un labertinto del que nunca saldrá, pues le falta el hilo de Ariadna que podría guiarle a la salida." Livre de Artephius. Bibl. des Philosophes Chimiques.
Otro autor, anónimo, dice en el Rosarium Philosophorum: "Cuando hablábamos abiertamente, no decíamos--en realidad--nada. Pero cuando escribíamos en lenguaje cifrado y en imágenes, ocultábamos la verdad."
Al igual que las escrituras sagradas de todas las tradiciones, los llamados "cuentos de hadas" y las distintas mitologías de los diferentes pueblos del orbe, los textos alquímicos son portadores de un cuádruple significado, como señala Papus, que muchos han acortado a un triple significado, ya que para llegar al cuarto se requiere el Hilo de Oro de Ariadna que aquí es la Intuición y la Inspiración (información vertida a la conciencia desde los niveles inconscientes y superconscientes, respectivamente). Estos niveles de significado son:
--Cabalísticamente, el primer significado es el llamado "literal" e histórico (pashut), que corresponde al cuerpo y al vestíbulo del Templo de Salomón, el cual reproduce también esta división en tres partes, ya que consta de vestíbulo (ulam), nave del templo (hekal) y santuario (debir). Este es el significado de nivel más bajo, accesible a todos.
--El segundo es el que considera al texto como alegoría (remmez), y que también puede ser extraído a partir de explicaciones morales ilustrativas (drush); corresponde al alma o nave del templo.
--El tercer significado se obtiene directamente de una revelación que es, en sí misma, resultado de una experiencia mística (sod), y corresponde al espíritu o al santuario. Se basa en un simbolismo más elevado que los anteriores, y éste sólo se informa bajo el juramento de secreto (derash).
--Y el cuarto es el misterio sobre la analogía (yod-sod), aquél significado que es indescriptible e inexpresable.
Entonces, tenemos los cuatro que son: el literal, el alegórico o narrativo, el filosófico (metafórico) y el kabalístico (simbólico).

La descripción y el desglose anterior están basados en el hecho de que la Filosofía Hermética nos dice que el hombre está formado en sí mismo por una trinidad microcósmica: cuerpo, alma y espíritu, reflejo de la Trinidad del Macrocosmos. Y si queremos incluir la constitución cuaternaria, tendríamos: cuerpo, mente, alma y espíritu. Más adelante, trataremos sobre "los cuatro" y "los tres" (elementos y principios, respectivamente).
Además de esto, en la actualidad existen varios escritores que manejan la arcáica simbología de la Alquimia; algunos, de forma consciente, otros como resultado de un influjo inconsciente, pero los símbolos están presentes en sus obras. Y esto no es nuevo, si no que ha existido en todas las épocas. Ya en la Edad Media, Dante Alighieri (1265-1321) deseó que su Comedia, después llamada Divina Comedia, fuese interpretada en dos niveles: literal y simbólicamente. De acuerdo a la hermenéutica, la interpretación simbólica, a su vez, puede dividirse nuevamente y ser alegórica, moralista o anagógica. La interpretación literal muestra lo que sucede; la alegórica nos enseña lo que debemos creer; la moralista los patrones de comportamiento que debemos seguir, y la anagógica lo que podemos esperar. Desde la Edad Media, los Alquimistas vienen trabajando de la misma manera, y en sus escritos deben considerarse, al menos, tres niveles, correspondientes a los tres componentes o principios: Azufre, Mercurio y Sal.
Estos tres niveles de interpretación serían:
1.-El nivel psicoanalítico, que se refiere al inconsciente y sus procesos. Aquí hay que considerar que los extremos se tocan, ya que en el inconsciente se reúnen el lenguaje de símbolos propio de la intuición y la inspiración propia del superconsciente; esto es: el mensaje que viene por inspiración (del nivel superconsciente) se transmite a la conciencia por medio del lenguaje de símbolos, un lenguaje propio del inconsciente. Así, es en el inconsciente donde se unen los niveles más altos de la conciencia con los niveles más bajos. Al respecto, Michael Maier escribe: "El Sol (la superconsciencia y su parte oculta en la conciencia) y su sombra (el inconsciente) llevan a cabo la Obra". Este nivel se relaciona con Hermes (Mercurius en latín), el intermediario entre la tierra y el infierno, guía de las almas y Señor de los Tres Mundos. Este aspecto corresponde a la Sal de los Filósofos.
2.-El nivel Hermético-religioso se relaciona con la visión mística de la unidad, con la Visión de Dios. La parte espiritual de la Alquimia, también llamada trascendental, cubre este aspecto, correspondiente al Mercurio de los Filósofos.
3.-El llamado nivel "científico-químico", tomado como receta de laboratorio, corresponde al Azufre de los Filósofos. En los cuentos, este nivel suele tener un sentido astrológico y alquímico.
Más adelante, hablaremos del Tria Principia de Paracelso (Azufre, Mercurio y Sal) de forma detallada. Por ahora, sólo señalaré que es difícil entender la diferencia que existe entre el Azufre y el Mercurio. La mayoría de la gente confunde el uno con el otro y le atribuyen a uno las propiedades del otro. Al respecto, Klossowski de Rola dice en su libro Alquimia: "Al hombre, por no saber distinguir el ego del Yo, se le enturbia el espíritu y se le disipa la energía, por lo que camina a trompicones por la vida, luchando con los efectos sin que su espíritu perciba las causas." También, en el evangelio gnóstico de Tomás, leemos: "Porque quien a sí mismo no se ha conocido, no ha conocido nada. Sin embargo, el que se ha conocido a sí mismo, también ha obtenido el conocimiento de la profundidad del universo." Y el dicho hermético del Oráculo de Delphos apoya esto: "Conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los dioses". El Filósofo Alipili dice en La Sal de la Naturaleza regenerada:"Aquél que tiene el conocimiento del Microcosmos, no puede ignorar al Macrocosmos. Por eso los egipcios, diligentes investigadores de la Naturaleza, a menudo decían y proclamaban a voces: ‘Hombre, conócete a ti mismo’. Mas los griegos, sus discípulos limitados, interpretaron esto en un sentido moral y, en su ignorancia, lo inscribieron en sus templos. Pero yo te advierto, quienquiera que seas, a ti que deseas sumergirte en lo más interno de la Naturaleza, que si lo que buscas no lo encuentras en tu interior, nunca lo encontrarás en el exterior. Si no conoces la excelencia de tu propia casa, ¿por qué buscas la excelencia de otras cosas? La Esfera universal del mundo no contiene tan grandes misterios y excelencias como el hombre pequeño, formado por Dios a su propia imagen. Y el que desee primacía entre los estudiantes de la Naturaleza, en ningún lugar encontrará un campo de estudio mejor ni más vasto que él mismo. Por tanto, seguiré el ejemplo de los egipcios (Sabios) y, en armonía con la verdad que la experiencia me ha demostrado, hablaré desde todo mi corazón, en las palabras de los mismos egipcios, de forma estentórea y de las profundidades más secretas de mi alma: ‘¡Oh hombre, conócete a ti mismo, ya que el Tesoro de los tesoros se halla sepultado en ti!’".
De todo lo anterior se infiere que si existe el conocimiento de uno mismo, de la propia individualidad, implícitamente existe el conocimiento de Dios. Si comenzamos a conocer nuestro ser, conoceremos al Ser Absoluto, del cual forma parte. El Alma es como una gota de agua; y por medio de ella podemos conocer el océano del cual forma parte. Aquí, el azufre es la personalidad, el ego con todos sus complejos, la conciencia normal; el mercurio es la esencia vital en su forma más sublimada, lo que podríamos llamar Espíiritu, Mente Viviente, Consciencia superior, Yo Superior, entre otros sinónimos. Más adelante, hablaré del Azufre y el Mercurio con mayor detalle.

Lux plena.
Leks Emrys (DarkAlchemist)



Los Textos "Sellados"



Para el no iniciado en el Arte, los textos de la Filosofía Hermética pueden parecer sólo un meandro de figuras retóricas entremezcladas; nada más que un laberinto lingüístico con la pretensión de ocultar algo que, en sí mismo, se ignora. Pero el estudiante sincero verá resplandescer la Luz de la Verdad detrás de todas las estratagemas de esta retórica. Los textos alquímicos son mágicos de por sí; y si alguien sabe cómo accesar al poder contenido en ellos, está en el camino mismo de los elegidos. En estos textos, cada palabra, cada frase está ordenada de acuerdo a leyes precisas; y es por esta virtud que la conciencia--si resiste el stress que la lectura le provoca en un principio y durante el cual se ve tentada a dejarla a un lado como un galimatías--pasa del estado ordinario a un estado más sutil, en cual la información de la intuición se manifiesta y los símbolos del inconsciente son evocados a la conciencia para su iluminación. Así es como los dragones, los reyes y reinas, las rosas, los jardines, los castillos y sus torres, los modelos del mundo, las figuras de la mitología greco-egipcia y latina, las aves, reptiles y demás animales, entre otras figuras arquetípicas, nos muestran el pasaje a nuestro interior más profundo. Porque las palabras, como contenedoras de símbolos, son como un conjuro silencioso que hace que lo inmanifiesto se manifieste y que lo invisible se haga visible; que la realidad interna se manifieste en la realidad inmediata que nos rodea. Por eso es que las traducciones deben de ser tomadas con cuidado, puesto que muchos textos han sido modificados; algunos, para aumentar la fuerza de las mismas palabras ahí plasmadas, pero otros sólo para que su virtud aparezca como una débil luz que apenas se distingue entre la obscuridad del texto en sí. Pero, sin importar el ropaje que adopten a lo largo de la historia, son palabras vivas en sí mismas, con la virtud y el poder de despertarnos a la Vida que estamos llamados a manifestar, y evocarla en nosotros para ayudarnos a hacer visible lo invisible, según nos lo han dicho los grandes maestros de la humanidad, hayan sido Alquimistas o no al presentarse en la escena pública; porque la Gran Obra, después de todo, es la Gran Obra de la Vida.

Entonces, el secreto es éste: Cada uno de los que ha leído los libros, meditado en ellos, en su contenido y en sus emblemas; cada aspirante alquimista que ha presentado esos símbolos ante su conciencia...; todos los que alguna vez han examinado con cuidado la esencia de los textos, les han dado algo de su propia fuerza de vida, y les han dotado de su propio poder. Pero para accesar al poder mágico de estas palabras, alguien debe tener afinidad vibratoria con los textos; esto es, cada persona, según su grado espiritual, estará en contacto y descifrará un nivel de significado; y a la vez, estará "magnetizando" ese símbolo con su propio descubrimiento sobre el mismo (si este descubrimiento tiene afinidad vibracional con alguno de los niveles que el símbolo contiene y representa, por supuesto).

Por esto, Eugéne Canseliet, en su obra "L' Alchimie explique sur ses textes clasiques", dice: "No se obtiene nada sin dar nada a cambio; por ello, no hay que olvidar que el mismo volumen, en el elemento alquímico que contiene, constituye un sustrato de magia real. En el curso de los años o de los siglos, los suscesivos propietarios de un libro de estudio [y esto obedece al moméntum (impulso) y a la Ley de Continuidad] forjan a través de él una cadena de la que se convierte en eslabón tangible y perdurable."

Hay varias razones por las cuales los Alquimistas nunca hablaron literalmente en sus textos; razones por los cuales encubrieron la Verdad por medio del Lenguaje Secreto. Entre ellas, las más importantes son:

-Desalentar a los que buscan el conocimiento para fines ilícitos y egoístas; porque si el conocimiento llegara a caer en manos equivocadas, la responsabilidad de lo que se hiciera con él recaería en manos del Filósofo que lo transmitió en un principio. De esto se sigue: proteger a la humanidad de un conocimiento para el uso del cual, la generalidad, no está preparada, ya que son pocos los que podrían usarlo adecuadamente y, con mayor razón, sabiamente. Muchas de las técnicas herméticas de alto nivel, manejan energías de vibraciones muy altas; vibraciones que causarían efectos contraproducentes si llegaran a usarse sin preparación previa y conocimiento suficiente. "Porque así como lo que causó tu caída en el pasado, puede ayudarte a que vuelvas a elevarte, también ocurre que lo que causó tu elevación, puede provocar tu ruina perpetua" (todo obedeciendo a la Ley Trascendental de Entropía. La única manera de evitar la decadencia, sería aprender la Neutralización de los efectos de esta misma Ley).

-No se duda que los Alquimistas también hayan escrito de manera velada para proteger la Obra y a ellos mismos, los propios operadores. Como los textos están llenos de símbolos y emblemas era muy raro que pasaran desapercibidos, y que nuestros filósofos no fueran acusados de magia--¡hasta brujería!--y herejía. Por esto, hay que tener presente que la posibilidad de fabricar oro era una estrategia que se servía de la codicia que siempre ha estado presente en muchos, y en todas las clases sociales. Así, la "fabricación de oro" podía suponer cierta protección, pues los poderosos de la Iglesia y del Estado siempre estuvieron interesados en descubrir el secreto para lograr que sus riquezas y posesiones aumentaran indiscriminadamente. Por ello, viendo su propio interés, protegían al Adepto si albergaban la esperanza de que pudiera ser exitoso en conseguirles el oro que tanto codiciaban. Pero, sobre todo, ¿por qué se buscaba esta protección? He aquí la respuesta: La Filosofía Hermética fue considerada como "peligrosa" por la Iglesia. Y entonces, la sospecha de abrazar el hermetismo y cometer herejía era mucho más peligrosa que la simple fabricación de oro. El hermetismo señalaba al Adepto como portador de poderes desconocidos que su Sabiduría le confería; y los clérigos sabían, aunque fuera por fábulas, de estos "poderes demoníacos". "Saber es poder", como reza el dicho popular. Y entonces, era sospechoso que alguien se la pasara casi todo el tiempo encerrado en un laboratorio subterráneo sin que los de afuera supieran lo que hacía en secreto. El miedo siempre ha sido la respuesta que la conciencia experimenta ante las situaciones desconocidas; y por lo mismo, en su ignorancia, una conciencia semejante cree que no podrá enfrentar esas situaciones cara a cara, si no se le va la vida en la empresa. Era más sencillo, y a nadie sorprendía el hecho de que "un artesano" se diera día y noche a la ardua tarea de fabricar oro; pero lo que sí escandalizaba a las masas era el ver a alguien trabajando día y noche, bajo el velo del secreto, en operaciones "realizadas más allá de los ojos del vulgo que no ha sido iniciado". Un artesano, ignorante como el común de la población en la Edad Media, no presentaba amenaza alguna, mucho menos extrañeza o sospecha. Pero un extraño (y más con las características que los adeptos tienen, cosa que no está en ellos evitar), atendiendo operaciones día y noche sin descanso (y llevando a cabo extraños rituales a la luz de luna y bajo los auspicios de las estrellas), podía ser considerado como un brujo que hacía pactos con los demonios...¿Y qué Sabiduría y "poderes" adquiría a cambio de esos pactos? Era algo que ni el más osado clérigo podía imaginar sin estremecerse. Pero, con esta pretensión de ser "fabricantes de oro", nuestros filósofos escapaban de tales peligros: Porque la fabricación de la Piedra para la obtención de oro, tomaba un tiempo considerablemente largo; y un fracaso no podría llevar directamente a una persecución.

-Una razón más que puede apoyar el uso del lenguaje obscuro, sería el hecho de que las operaciones en los niveles más elevados de la Obra tenían resultados que debían atenderse con todo cuidado. Si había una distracción, por ligera que fuese (esto sobre todo en la llamada Vía Seca), ésta podía traer consigo efectos peligrosos e incluso letales para el operador. Ya sea que entendamos que el Alquimista trabajaba con objetos externos a él o con aquellos "complejos" que debía redimir en su mundo interno; ya sea que creamos que el Filósofo trabajaba con los poderes de su Alma o con los materiales químicos de laboratorio, cualquier distracción durante la realización de una de las operaciones mayores, podía ser desastroza. En ambos casos, hablamos de la misma Fuerza universal, llamada por algunos Virtud, siendo manipulada. Si es que el Alquimista venía manipulándola en objetos físicos externos, las explosiones serían un hecho que acabaría con la vida del operador y con las de aquellos que vivieran a la redonda (debido a la alta volatilidad de los materiales empleados); y si el Alquimista se dedicaba a desarrollar el oculto potencial de su Alma, podría causarse desde un desequilibrio o enfermedad física, hasta la llamada "invasión del inconsciente". En otras palabras, se perdería a sí mismo, perdería el control de sí mismo y se hundiría en las tinieblas de una vida vegetativa, literalmente hablando. Y si esto no es bastante, no se diga lo que pasaría si se unieran ambos efectos colaterales. Pero no todo es tan desalentador como parece.

-Otros escribieron también de manera obscura con la intención de facilitar al aspirante el descenso a su más profundo interior; porque para operar y realizar (hacer reales) los frutos de la Obra, alguien debe manifestar en forma potencial los poderes que tiene latentes. Por ello, en su libro: "Alquimia", Stanislas Klossowski de Rola, escribió: ""Sin embargo la obscuridad de los textos alquímicos se debe también a otras razones (aparte de evitar la persecución de los alquimistas en las eras obscuras, porque tenían creencias que distaban mucho de las convencionales; y de evitar que los secretos cayeran en manos equivocadas, como ya hemos dicho): constituyen un desafío para aquellos que, por su naturaleza heróica, intentan conocer su interior. Al igual que Teseo, el interesado se enfrenta al Laberinto. Este Laberinto desafía a la lógica lineal, que en este contexto carece de utilidad. El ataque a la lógica lo lleva a cabo el Minotauro del absurdo, que muy pronto reducirá a la nada al supuesto héroe, que se ve incapaz de resistir su ataque. Solamente por medio de la intuición y la inspiración--el hilo de oro de Ariadna--se resolverá el enigma y la luz sucederá a la obscuridad. Tales métodos, con los cuales se superan y se trascienden las limitaciones de la mente, son utilizados por los maestros de muchas disciplinas espirituales y esotéricas. Los maestros del Zen, por ejemplo, utilizan los koans, una especie de adivinanzas que, al mismo tiempo que desequilibran el intelecto, pueden provocar el satori o iluminación."

De esta forma, usando el lenguaje de símbolos del inconsciente, se ponen en acción fuerzas que sólo necesitaban despertar de su letargo y ser reanimadas. El símbolo, que por sí solo no es lo que representa, llega a unirse con la fuerza espiritual que representa a través del estudio y de la meditación. Así, la conciencia lo ha convertido en un medio y una llave para accesar a la realidad que se oculta en el interior--y más allá--del mismo. Quien puede hacer esto, puede usar el Lenguaje Simbólico para tener acceso a la información que otros Adeptos, antes que él, depositaron en determinado carácter (símbolo): Sólo necesitará contemplarlo mientras medita en él y, como respuesta a una evocación, vendrán a su mente las revelaciones e ideas que los Alquimistas, a lo largo del tiempo, han asociado a esa figura mediante una meditación semejante. Es una forma de tener acceso directo a determinado archivo del inconsciente colectivo.

Por eso los Alquimistas también desarrollaron una manera de dar a conocer sus secretos por medio de la pintura. Más adelante, Klossowski de Rola, sigue diciendo: "Si bien es cierto que el estudio de la alquimia a través de los textos resulta verdaderamente desalentador, no lo es menos que el desesperanzado estudioso puede descubrir en las pinturas alquímicas un camino, repleto de maravillas, para penetrar en el corazón de la materia. Y es que los alquimistas, a través de sus imágenes, han expresado de una forma ingeniosa y casi siempre muy bella, cosas de las que nunca llegaron a escribir.

"Este lenguaje pictórico, en el que absolutamente todos los detalles poseen un significado específico, ejerce una profunda fascinación sobre el observador sensible. Esta fascinación se produce siempre, independientemente de que las pinturas se comprendan. Si el lector contempla antentamente estas imágenes, es decir, si va más allá de su superficie, apreciará que muchas veces corresponden corresponden a una dimensión intemporal que se encuentra en nuestro interior más profundo.Estas pinturas tan fascinantes muestran un simbolismo polivalente y se prestan a diferentes interpretaciones."


Que la Luz de la Sabiduría les guíe siempre en sus caminos.
Leks Emrys (DarkAlchemist)